Enfermedad
caracterizada por la degeneración del cartílago articular y la parte del hueso
subcondral, provocando la deformidad de los huesos afectados.
Con una artrosis avanzada las funciones del cartílago articular se ven afectadas. A consecuencia la tensión de los impactos mecánicos no se amortigua de forma correcta y las superficies óseas de la articulación se desgasta por la fricción que se genera durante el movimiento, provocando dolor, rigidez e hinchazón.
Con una artrosis avanzada las funciones del cartílago articular se ven afectadas. A consecuencia la tensión de los impactos mecánicos no se amortigua de forma correcta y las superficies óseas de la articulación se desgasta por la fricción que se genera durante el movimiento, provocando dolor, rigidez e hinchazón.
Las deformidades óseas que ocasiona la artrosis llamadas osteofitos, picos de loro o espolones pueden irritar y/o lesionar estructuras blandas o nervios, dependiendo su localización y el desarrollo.
Suele afectar en la columna vertebral, cadera, rodillas, manos y pies.
Factores de riesgo:
- Edad: Personas adultas a partir de 40 años.
- Sexo: Al aparecer la menopausia en las mujeres. Los estrógenos y andrógenos se caracterizan por proteger el cartílago.
- Obesidad: Cuadriplica el riesgo en la columna vertebral y la extremidad inferior por la comprensión y fricción de las áreas articulares.
- Realizar actividades cotidianas con cargas pesadas.
- Malformaciones: Un mal alineamiento articular tanto genético como adquirido altera la distribución de las cargas en el cuerpo. Produce que ciertas articulaciones estén sometidas a una elevada carga constante.
Los
síntomas:
- Dolor que aparece durante el movimiento de la articulación afectada o en posturas estáticas donde se apoya el peso corporal o cargas externas en dicha articulación.
- Perdida de rango de movimiento articular o rigidez matutina.
- Deformidad articular.
- Ruidos continuos en la articulación afectada.
- Debilidad muscular.
- Fatiga.
Padecer artrosis suele ocasionar estilos de vida sedentarios por los dolores articulares. Un estilo de vida inactivo en personas con artrosis genera rigidez articular, debilidad muscular, limitaciones en la movilidad articular e
incrementa el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, osteoporosis y
diabetes. Se recomienda realizar ejercicio físico cuando no se parece dolor o brotes agudos.
Actividad física y artrosis
Objetivos:
- Ganar movilidad articular
- Mejorar la circulación de fluidos en la articulación (líquido sinovial).
- Prevenir la perdida de espacio articular.
- Disminuir el dolor.
- Reducir la hidrartrosis (inflamación articular ocasionada por la acumulación de líquido acuoso).
- Reducir peso para que las articulaciones no deban de soportar un exceso de carga.
- Mejorar el estado emocional y la autoestima.
Prescripción
de la actividad física:
- Ejercicios que no provoquen dolor y de bajo impacto.
- Reeducación postural para descomprimir articulaciones afectadas.
- Trabajo de la fuerza desarrollando el tono muscular para proteger la articulación y ganar espacio interarticular. Comenzar con ejercicios isométricos para en un futuro incorporar ejercicios dinámicos.
- Ejercicios aeróbicos de bajo impacto.
- Flexibilidad para aumentar la elasticidad de los ligamentos, cápsulas y discos intervertebrales
La prescripción de la actividad física en personas con artrosis a de ser muy adaptada a cada caso, ya que dependiendo que ejercicios puede ser beneficiosos para una persona y en cambio para otra persona el mismo ejercicio puede ser totalmente contraindicado.
- Recomendable uso de bambas con amortiguación para reducir la tensión en las articulaciones.
- Evitar deportes de impactos tipo correr.
- En caso de disminuir la capacidad de movimiento, incremento de la hidrartrosis o fatiga continua, parar de hacer actividad física.
- No realizar actividad física en caso de un brote agudo. Se recomienda movilidad articular pasiva en agua caliente ya que disminuye la rigidez y dolor articular.
- Después de un brote agudo empezar a realizar movilidad articular activa y continuar con ejercicios isométricos.
- Evitar ejercicios de torsión con cargas en las extremidades inferiores ya que pueden lesionar meniscos y ligamentos.
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David Domínguez,
Licenciado en Ciencias de la Actividad
Física y el Deporte, INEFC-UB