Protusión y hernia discal

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La protusión discal es la prominencia del contorno del disco intervertebral sin que el núcleo pulposo llegue a salir a exterior del disco. Se considera la fase previa a la hernia.

 La hernia discal es la rotura de las capas del anillo fibroso produciendo que parte del núcleo pulposo sea expulsado hacía el exterior.

 Se originan por una presión superior a la que puede soportar el anillo fibroso. 

Sus causas son:

  • Movimientos corporales inadecuados al recoger del suelo un objeto o transportar una carga.
  • Mantener cargas pesadas durante un largo periodo de tiempo.
  • Posturas estática incorrectas. Ejemplo: Sentarse en retroversión pélvica.
  • Obesidad mórbida que ocasiona una postura hiperlordotica.
  • Atrofia de la musculatura paravertebral.

 La mayoría de prominencias o rupturas del anillo fibroso aparecen en la parte posterior-lateral de los discos intervertebrales debido a que esta zona no puede soportar tanta presión como otras zonas del disco. La ruptura de esta zona comporta la compresión del nervio ciático. La gravedad depende del nivel de comprensión sobre el nervio ciático.

 Suelen originarse en la región lumbar, más concretamente en las vertebras lumbares entre la L4-L5 o L5-S1. Otras zonas que pueden tener origen pero con menor probabilidad son en la región cervical o dorsal.

 Síntomas:
  • Dolor: Sobretodo cuando aumenta la presión en la zona afectada.
  • Pérdida de la sensibilidad e irradiación por comprensión de los nervios sintiendo debilidad.
  • Contracturas musculares.

Prevención:

  • Conciencia corporal.
  • Reeducación postural.
  • Reeducación en los movimientos.
  • Ejercitar la musculatura con el objetivo de tener un tono y una elasticidad muscular adecuada.
  • En personas obesas reducir el peso.


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David Domínguez,

Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, INEFC-UB